El edificio

ARQUITECTURA

El edificio del Colegio Guadalaviar

El colegio Guadalaviar, referente del Movimiento Moderno en la ciudad de VAlencia

El Colegio Guadalaviar es la primera obra de arquitectura del arquitecto asturiano Fernando Martínez García-Ordoñez a su llegada a la ciudad a raíz de la riada de 1957, para formar parte del equipo que desarrollaría el Plan Sur y que modificaría de una forma muy profunda la morfología de la ciudad. En esos momentos, la población infantil había aumentado y algunos de los centros habían sufrido cuantiosos daños por la riada no habiendo suficientes plazas escolares surgiendo la necesidad de incrementar el número de construcciones escolares durante estos años.

COLEGIO GUADALAVIAR 1957-1960

EL ORIGEN DEL EDIFICIO

El programa original del colegio Guadalaviar fue el de construir una Escuela-jardín de infancia en un solar trapezoidal, situado en el Paseo de Valencia al Mar, junto al paso a nivel del antiguo camino de Tránsitos y la tapia que delimitaban los terrenos de la Estación de ferrocarriles de Aragón.

La Escuela finalmente construida respondía a modernas prácticas pedagógicas y distribuía el amplio y variado programa en dos tipos de edificaciones que configuraban un armonioso paisaje artificial. Una anterior en forma de “U”, despegada parcialmente del suelo para conciliar la arquitectura con la naturaleza circundante, desarrollaba en torno a un patio pavimentado sus desiguales cuerpos que albergaban en dos de ellos la capilla y el programa específico de la enseñanza primaria, y en los otros dos, especialmente en el bloque alto, las dependencias generales y la residencia de profesoras. Y otra posterior formada por cuatro pequeños pabellones para párvulos, incluidos en un recorrido peatonal escalonado y pegados al suelo con objeto de proporcionar fáciles expansiones hacia el recinto ajardinado propio y clases al aire libre.
Volumétricas puras, funcionalidad distributiva, racionalidad constructiva con especial interés hacia el detalle y la aplicación de nuevas tecnologías, ajuste de escalas con transparencias, interpenetraciones, atados… todas estas cualidades son reflejo de las influencias de Mies van der Rohe, así como de la vertiente californiana del Movimiento Moderno. Texto extraído de la “Guía de Arquitectura de Valencia.

El colegio Guadalaviar está incluido, desde 1996, en el Registro Internacional DOCOMOMO (Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement).

 

edificio del colegio guadalaviar valencia
sobre fernando martínez garcía-ordóñez

EL ARQUITECTO DEL COLEGIO GUADALAVIAR

Fernando Martínez García-Ordóñez fue uno de los jóvenes arquitectos que irrumpieron en la Valencia de finales de los 50, comenzando su andadura profesional dirigiendo la Oficina Técnica del que sería llamado Plan Sur: la propuesta urbanística de más trascendencia que tuvo la ciudad del Turia en el siglo XX.

Influenciado por la arquitectura de Mies van der Rohe, en el Colegio Guadalaviar el arquitecto se propuso ensayar los conceptos creativos derivados del ‘menos es más’ miesiano: la arquitectura se convierte en función utilitaria y la función determina la forma. El edificio, el primer ejemplo en construcción metálica vista en la ciudad, sirvió de carta de presentación a García-Ordóñez, al tiempo que se convertía en referente de la arquitectura moderna en Valencia.

Formado en Estados Unidos, y con la experiencia de numerosos viajes al extranjero, fue capaz de organizar en Valencia un nuevo concepto empresarial de estudio, con distintas divisiones organizativas y sugerentes técnicas de marketing. García-Ordóñez fue, además, pionero en el ámbito de la construcción industrializada, llegando a realizar las primeras viviendas experimentales prefabricadas de la Comunidad. Por otro lado, patentó un eficaz sistema de construcción modular con el que dotó de viviendas económicas a numerosos enclaves necesitados del país.