Queridas familias:
Este verano hemos visto en París a nuestros deportistas luchando por conseguir la ansiada medalla. Llevaban tiempo entrenándose haciendo muchos sacrificios por conseguir ese momento de gloria.
Ahora que comenzamos un nuevo curso en Guadalaviar podríamos fijarnos en los cinco aros olímpicos como un símbolo del camino que queremos recorrer junto a vosotros, padres.
El primer aro (azul) es tener un ideal, un sueño. Creo que lo tenemos muy claro, porque, aunque varíen las circunstancias sociales, económicas, políticas, tenemos una gran ilusión: Queremos que de Guadalaviar salgan mujeres preparadas, libres y responsables, capaces de amar a Dios y a los demás, conscientes de sus puntos fuertes y de sus debilidades, pero decididas a dar lo mejor de sí mismas en todos los ámbitos de su vida para hacer felices a los demás y así mejorar la sociedad.
El segundo aro, el negro, simboliza la constancia y el sacrificio: Somos conscientes de que “ningún ideal se hace realidad sin sacrificio”. Tampoco el propio crecimiento personal. Hace falta levantarse cada día con ganas de mejorar y de luchar por conseguir las propias metas.
El tercer aro es el rojo y es la estrategia: ¿Cómo lo vamos a hacer? Creando oportunidades de desarrollo en todos los ámbitos: humanístico, científico, artístico, cultural, social y deportivo, en un ambiente que favorezca el emprendimiento y la iniciativa personal. Para eso contamos con el programa DAIP (Desarrollo Armónico de la Identidad Personal) con el que venimos trabajado hace unos años para profesionalizar la atención de cada una de nuestras alumnas, como la persona única que es, en colaboración con sus padres.
El cuarto aro (amarillo) es el equipo: Padres, profesores y alumnas somos un solo equipo, confiamos unos en los otros para hacer posible nuestro ideal. Hacer equipo es saber ser leales para decir la verdad donde se debe y a quien se debe, porque sin verdad no hay posibilidades de éxito. Hacer equipo es buscar la unidad antes que tener razón, es valorar lo bueno de cada persona antes que sus defectos.
El quinto aro (verde, esperanza) podría ser la suerte que en el deporte es importante, pero yo en el deporte de la vida, lo sustituiría por el amor que pones en lo que haces. Si somos capaces de poner amor en cada acción cotidiana, daremos lo mejor de nosotros mismos y con eso vendrá la alegría.
Nos gusta trabajar alegres porque sólo puede transmitirse aquello que se ama, y ese amor a nuestro proyecto educativo y a cada una de las alumnas, nos hace felices.
Y con estos sueños e ilusiones empezamos este nuevo curso. ¡Tenemos el mejor equipo para conseguir los mejores resultados!: la felicidad y el crecimiento de nuestras alumnas.
Contamos con cada uno de vosotros, para hacerlo realidad.
¡Feliz curso 24/25!
Chus Bolinches.